Que dicen tus silencios.

Mis silencios son palabras
que faltan en los trazos de tu historia.

No te culpo, nadie te culpa,
te esculpo con mis manos un alma de niño
para que no pierdas tu sonrisa.

Te espero cuando te marchas y regreso
con mis ansias a descubrir cuanto pierdo en tu memoria,
y cuanto gano en mi historia.

A ratos sos el mar
a ratos soy el barco
a ratos somos una historia que se escribio antes del primer parto.
Se duermen mis ojos al ritmo de mi mente,
se despiertan mis sueños,
y mi alma no para,
chau, hasta ahora, hasta mañana.

Despacio.

Todo transcurre en una lenta atmósfera de tórridos sonidos,
acompasados,
como latidos dispersos de almas que perdieron su sudario,
y la tarde se descuelga en tus limites ahogados
de sombras que no saben de espacios.

No se descubrir
en que sitio nació la luz,
y cual fue el último rincón que la viera,
sonriente,
buscar otro amante,
entre rocíos otoñales de claudicaciones pueriles abortadas
en tus manos.

Y puede que nunca lo aprenda,
como no entiendo el camino sinuoso,
que convierten estos trazos en verbos diluidos
en los margenes de mi historia...