lunes, 12 de diciembre de 2011

Hoy.

Hoy creo que todos son poetas,
que escriben en el lienzo de su vida,
poemas sin palabras,
poemas de todos los días,
poemas de madre, padre y de hijo,
poemas de ser vivo,
O es que en este instante la vida es un poema,
o este poema es un instante de vida,
como tantos poemas alegres, tristes, sombríos, parcos,
o plagados de adjetivos.

O es que en esta realidad soy un personaje,
que no puede ser autor,
un mortal que no puede ser dios y descubre
que crear también se puede, con palabras.

Los silencios son el material más dúctil que he trabajado
son el placer menos acordado
y el acuerdo mas logrado
Claro está que siendo yo ambas partes,
de la misma cuestión.
Y no es egoísmo,
 ni tan siquiera idolatría de un yo descomunal,
 es armonía,
compases de equilibrio,
ebriedad de vida,
grano de una molienda concienzuda,
quererme, que ya va siendo hora,
y decirle a la vida
que su fragua da los mejores temples,
en el agua de todos los silencios.

Escribir.

Escribir es como amar la dúctil forma del silencio,
posando las yemas sobre la piel del verbo,
y sentir,
estremecida,
una palabra en brazos de un orgasmo.

Escribir es el arte convincente del amante
que despoja de secretos a la vida.
Y una vez desnuda la descubre real,
pero aun desconocida.

Y la toma.

Es ejercer todos los oficios sin conocer ninguno,
es pecar de esposo y ejercer de amante,
es beber el vino de la tierra y
añorar el agua de la montaña.