miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tregua.

Si me concediera una tregua el día no me sabría a espasmo
y entre mañana y tarde pondría,
 un sorprendido silencio de corcheas,
en una danza de plicas y obleas. .

Mis mañanas podrían ser como mis tardes,
y ambas,
un pentagrama para componer.

Si me concediera una tregua amigo,
no pecaría en victima de la vida y sembraría una sonrisa donde florece la mueca,
aprendería a jugar y jugaría a ser como tú,
mejor.

Si la tregua amigo,
trocara en armisticio,
con la alegría oculta bajo las cejas crearía un tímido abedecario de incertidumbres,
y habría fiesta en mi pueblo,
y habría fiesta en tu pueblo con fuegos de artificio y dudas.ardiendo al horizonte.

Pero las treguas no son cosa fácil,
y los armisticios dejan bajas allende el acuerdo.

Por eso ni me concedo tregua,
ni celebro armisticio, porque en el fondo espero, amigo, que la guerra sea vino,
y el agua olvido.

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