Si me concediera una tregua el día no me sabría a espasmo
y entre mañana y tarde pondría,
un sorprendido silencio de corcheas,
en una danza de plicas y obleas. .
Mis mañanas podrían ser como mis tardes,
y ambas,
un pentagrama para componer.
Si me concediera una tregua amigo,
no pecaría en victima de la vida y sembraría una sonrisa donde florece la mueca,
aprendería a jugar y jugaría a ser como tú,
mejor.
Si la tregua amigo,
trocara en armisticio,
con la alegría oculta bajo las cejas crearía un tímido abedecario de incertidumbres,
y habría fiesta en mi pueblo,
y habría fiesta en tu pueblo con fuegos de artificio y dudas.ardiendo al horizonte.
Pero las treguas no son cosa fácil,
y los armisticios dejan bajas allende el acuerdo.
Por eso ni me concedo tregua,
ni celebro armisticio, porque en el fondo espero, amigo, que la guerra sea vino,
y el agua olvido.
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