lunes, 28 de febrero de 2011

Instante. (1988)

Si tan solo pudiera,
detenerme un instante,
sin la morbosa actitud del viajero pensante,
que recorre caminos de un obscuro cerebro,
distante el cansancio donde busca refugio,
la palabra trashumante convertida en subterfugio,
alma en pena que oculta presurosa,
la niñez intransigente de un delirante absurdo.
Recondito rincón de un riente perpetuo,
donde se oculta tambien,
el porque de la existencia del no se y del sino,
de la conciencia que subyuga el sin razon,
que desteje la cordura.
Avatar de azares en horizontes gastados,
algido devenir ausente de un simple nudo gordiano,
¿Vivir como viven los que amamos o vivir como amamos?

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